domingo, 5 de mayo de 2024

UN NARCISO LLAMADO PEDRO SÁNCHEZ

5 DÍAS DE ABRIL


UN NARCISO LLAMADO PEDRO SÁNCHEZ
 

En la mitología griega encontramos el mito o la leyenda de Narciso, un joven de una descomunal belleza y a quien no le faltaba el amor ya que atraía a una gran cantidad de ninfas dispuestas a todo con tal de ganarse su amor, pero que a todas rechazaba. Era hijo del dios fluvial Cefiso y de la ninfa azul Liríope, que se enamoró de su propia imagen reflejada en un arroyo y, fue tal, su ensimismamiento por la belleza de su imagen, que no pudo resistirse y, buscando abrazar esa imagen por la que sintió un amor irresistible, finalmente, se tiró al agua y murió ahogado.

 

Y fue esa historia de la mitología griega, lo que llevó a Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis, a apadrinar el nombre del mito de Narciso, para definir lo que en psiquiatría se conoce como Trastorno de la Personalidad Narcisista, una patología, una enfermedad mental, en la cual, las personas que la padecen, tienen un aire irrazonable de superioridad, necesitan y buscan excesiva atención y quieren por encima de todo que el resto de las personas las admiren.

 

Son personas que carecen de empatía y reacias a reconocer o identificar las necesidades y sentimientos de los demás, a la vez, que son frecuentemente envidiosos de otros o creen que esos otros les tienen envidia a ellos, hasta el punto, que pueden llegar a devaluar a personas que hayan recibido una felicitación o reconocimiento al pensar que ellos son más merecedores de esa felicitación o reconocimiento, y necesitan como el sediento necesita el agua para saciar su sed, una constante y permanente atención, pero sobre todo, admiración y sentirse el centro de la escena.

 

Y otra característica del narcisista es la técnica de la manipulación. Técnicas que incluyen, una argumentación de mala fe, donde engañan a los demás en una dinámica de malinterpretación de los argumentos sean cuáles sean éstos y de una forma deliberadamente deshonesta aplicando falacias sin sentido haciendo acopio del chantaje emocional, e inclusive, engañando a terceros para buscar su apoyo que beneficie única y exclusivamente a sus intereses personales, pues el narcisista tiene un fuerte pensamiento de grandeza, es egocéntrico, tiene comportamientos arrogantes, soberbios y carece de empatía alguna hacia los demás.

 

Y, el pasado lunes 29 de abril de 2024, día de San Pedro Mártir, y no, no es broma, pueden echar un vistazo al calendario santoral, hemos asistido al último acto de la opereta esperpéntica que Pedro Sánchez empezó el miércoles pasado, cuando mediante una carta dirigida a todos los españoles le hubieran votado o no, en la que gritaba al mundo entero lo profundamente enamorado que está de su mujer y denunciaba el insufrible acoso judicial y mediático del que está siendo objeto su persona, su señora esposa y toda su familia, un acoso auspiciado y organizado por la derecha y extremaderecha de este país, señalando así y metiendo en el mismo saco, un saco que él y sus adláteres han bautizado con el calificativo de fachosfera, a jueces, periodistas, medios de comunicación críticos con su gestión como Presidente de España y sus políticas, y también ciudadanos que piensan por sí mismos, y que, no obligatoriamente están en un bando u otro, pues, somos muchos los que, descontentos y defraudados, ya no creemos en la política y creemos que en este país no existe, hoy por hoy, ninguna fuerza o partido político que nos representen ni a nivel nacional ni a nivel autonómico y, por tanto, somos parte de esa gama de grises en un país donde sólo se contemplan los colores negros y blancos sin matices. 

 

Hemos asistido, por tanto, al mayor acto de narcisismo de un individuo que se cree por encima del bien y del mal. Que se considera el adalid de la democracia, el abanderado del progresismo, el Mesías de los españoles y de esta España nuestra del s. XXI, el azote de los fascistas, esa fachosfera que quiere llevarnos a los tiempos oscuros del franquismo y el NODO, en el martillo de Thor para plantar cara a esas fuerzas oscuras que desean acabar con las libertades y los derechos de los españoles. En definitiva, ha vuelto a ser durante cinco días, que bien podría ser el título de una película de género B como “Esos 5 días de abril”, y que tan bien definió en un reel el gran Iker Jiménezel centro del mundo, el único sobre el escenario para llevarse todos los aplausos y todas las ovaciones, puesto que a él las críticas le resbalan ya que son producto de esos envidiosos fascistas, marcando los tiempos de la política española con unas elecciones autonómicas en Catalunya y otras europeas a la vuelta de la esquina y que han sido opacadas por esa opereta donde él ha sido el guionista, el director, el productor y el protagonista, siendo el lunes su último acto de esta escenificación de narcisismo utilizando incluso un tono de voz dolido a la vez que comedido, triste pero esperanzador, derrotado pero renacido como un Ave Fénix que ha acompañado como una sonata de Verdi al discurso desde el que ha vuelto a recriminar esa campaña de descrédito a su persona y los suyos, el deterioro social generado evidentemente por esa fachosfera, nunca ellos, y ese fango en el que se mueve la política y, en el que, por supuesto, ni él ni su partido ni sus socios de Gobierno chapotean, pues, sólo lo hacen aquellos que quieren acabar con la democracia.

 

Y el que quiera no leer entre líneas ese discurso de 10 minutos sin opción a preguntas por parte de los medios, es que, o bien, es sordo o ingenuo, o un activista acérrimo, ciego y sordo de este PSOE reinventado por su nuevo líder Pedro Sánchez Castejón.

 

Hacer limpieza 1: Dos palabras que dicen mucho. Limpieza en la judicatura, interviniéndola para controlarla, perdiendo así, el principal baluarte de la separación de poderes donde la justicia debe y ha de ser independiente retomando la posición de renovar el CGPJ sin contar con el PP ni con esas tres cuartas partes necesarias del Parlamento para tal fin, reduciéndolo a la mayoría parlamentaria de quiénes gobiernan en la actualidad, es decir, ese PSOE en minoría asociado con los comunistas y reductos de PODEMOS llamados SUMAR, con los independentistas catalanes deseosos de romper la unidad del Estado español, pues olvidan que, a pesar de sentirnos muy orgullosos de ser catalanes, de nuestra historia, nuestra lengua, nuestra cultura, no todos los catalanes queremos esa independenciay EH BILDU, los herederos de ETA, que no sólo van en la misma línea de independencia de esa EUSKAL HERRIA de territorios españoles y franceses puramente abertzales donde no tienen cabida aquellos considerados no vascos simplemente por no abrazar esa causa nacionalista y que intentaron conseguir durante 40 años con bombas, disparos en la nuca, extorsión, terror y chantaje, y que quieren conseguir ahora sirviéndose del sistema democrático de ese Estado español que tanto aborrecen. En resumen: Pedro Sánchez busca revertir las reglas constitucionalistas y democráticas de este país para alcanzar el fin último que no es otro, que tener el control total sobre el poder judicial de España.

 

Hacer limpieza 2: Y, en esa titánica tarea de limpieza y desinfección de virus y bacterias parasitarias de esa fachosfera fabricante de bulos, mentiras y desprestigios, ha incluido a medios de comunicación, periodistas y comunicadores rebautizados por él y los suyos, como pseudomedios, pseudoperiodistas y pseudocomunicadores al servicio de esas fuerzas oscuras empeñadas en acabar con la democracia y llevarnos de nuevo a aquella España en blanco y negro de tan aciago recuerdo.

 

Y, amparándose en una mayoría social que no superó los 12.500 manifestantes según fuentes de la propia Delegación del Gobierno, fletados en autocares pagados por el PSOE, o sea, ni siquiera fue un movimiento social surgido de una iniciativa ciudadana, un número ínfimo si recordamos otras manifestaciones de índoles varias donde se han contabilizados 70.000, 90.000, 120.000 personas, e incluso más, en un manifiesto de periodistas que, supuestamente, defendiendo la libertad de expresión y opinión del periodismo, lo que han hecho ha sido, precisamente, todo lo contrario: atacar la libertad de compañeros de profesión a manifestar su opinión libre sobre el gobierno de Sánchez y socios, y sus políticas tan alejadas de la Constitución y la democracia que, con sus claros y oscuros, tantos años costó conseguir en este país, y un encuentro de artistas que suponíamos inteligentes, adultos y con criterio propio, y que en la voz de Marisa Paredes, una gran actriz de este país cada vez más venida a menos en los últimos tiempos, se alzaron como los abanderados de una España libre, plural y progresista, defensora de la única democracia posible: la del PSOE del señor Sánchez y sus socios. En definitiva, una demostración escalofriante de lo que en Argentina se conoce como kirchnerismo, adoración del líder, defensa a ultranza del dirigente del país, pues, más allá de él, sólo existe el caos, el horror, el terror... Sólo existe una España fascista, una España conservadora, una España sin libertades, sin derechos, sin igualdad entre sus ciudadanos. Por tanto, o se está con el líder, Pedro Sánchez, o se está contra él y, como consecuencia, no eres demócrata ni progresista.

 

Podría extenderme mucho más, pero a lo largo de esta semana, ya han habido otros muchos más preparados y conocedores del Universo político que yo, y que muy acertadamente han escrito y descrito lo que puede ocurrir a partir de ahora. Así que, para finalizar, me gustaría recordar aquellas palabras de Pedro Sánchez a Máxim Huerta, el ministro de Cultura y Deporte más efímero de la historia reciente de nuestro país, cuando le preguntó o mejor, se preguntó a sí mismo: ¿Cómo me recordará la Historia?... 


Estaría bien que Pedro Sánchez recordara el final de la leyenda del mito de Narciso, cuando tras caer al arroyo donde se ahogó para abrazarse, perdidamente enamorado como estaba de sí mismo, en ese arroyo nació una flor a la que llamaron Narciso, por si su desmedida ambición de poder acabar ahogándolo en su propia codicia y la Historia lo recuerde no como una bella flor sino como el mayor capullo que parió la política española.

 



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