miércoles, 5 de junio de 2024

PEDRO SÁNCHEZ EL ENAMORADO ATACA DE NUEVO

 PEDRO SÁNCHEZ EL ENAMORADO ATACA DE NUEVO

 

Nos hemos despertado con la noticia de que el Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha escrito una nueva carta a los ciudadanos. Una carta, donde, en contra de lo que declaró en el Congreso de los Diputados horas antes de anunciar sus cinco días de reflexión, que creía en la JUSTICIA de nuestro país, ataca abiertamente al juez que investiga el caso de su esposa Begoña Gómez. No se atreve a pronunciar la palabra PREVARICACIÓN, es decir, dictar disposiciones contrarias a la ley creando hechos y resoluciones falsas, faltando a la verdad con descaro, o en causas criminales, dictar condena otorgando la libertad a los involucrados que hayan quebrantando la ley. ¿Por qué? Pues, porque en el caso de su señora esposa, no se dan esas variantes.

 

Pero, claro. Cuando esa JUSTICIA en la que el señor Sánchez cree, no actúa según su credo, no olvidemos que el PSOE actual es hijo natural de la época de José Luís Rodríguez Zapatero, por lo tanto, no le baila el agua, deja de ser JUSTICIA para convertirse en la herramienta de esa fachosfera, de esa extrema derecha, de ese fango cuyo único propósito es sacarlo de la Moncloa con acuerdos contranatura, los mismos a los que él ha recurrido para mantenerse en el sillón presidencial: pactar por 7 votos con el independentismo catalán del prófugo Puigdemont y asociarse con los herederos de ETA, EH Bildu, y gobernar con el comunismo de SUMAR, un conglomerado de PODEMOS que han cambiado de chaqueta por meros intereses personales que no ideológicos y, por tanto, sirviéndose de medios de comunicación varios para dar pábulo a esos bulos que se remueven en ese fango anti progresista que él representa.

 

Por lo visto, el juez que investiga a su esposa, no sólo está cometiendo el delito de prevaricación, también, quiere influir en las elecciones europeas del próximo domingo, demostrando así, que persigue a su esposa, no por sus supuesto delitos, habrá que esperar a que finalice la investigación, a que su señora esposa y otros implicados declaren para saber si finalmente ha existido delito o no, y, por tanto, si son condenados o no, sino porque simple y llanamente es su pareja.

 

Mire una cosa señor Presidente... La JUSTICIA en España, se supone que es igual para todos los ciudadanos, un supuesto que usted ha pervertido con la Ley de Amnistía a Puigdemont y compañía para continuar manteniéndose en el poder, así que, por lo tanto, su señora esposa, como ciudadana de este país, amén de que no es ningún cargo institucional, debe someterse a esa JUSTICIA y mediante las herramientas que la ley le otorgan, demostrar su inocencia. Y, en ese punto, usted debe mantenerse al margen.

 

Ya nos mintió cuando, mediante otra carta, anunció que se tomaba unos días de reflexión a causa del acoso mediático, social y judicial que usted y su señora esposa estaban sufriendo, pues, por aquel entonces, usted ya sabía que su señora esposa estaba siendo investigada, aunque, optó por callarlo. Y, nuevamente, vuelve a mentirnos, acusando al juez que la investiga, de ser la herramienta de la extrema derecha para sacarlo a usted de la Moncloa y del sillón presidencial.

 

El principio de inocencia empieza cuando uno tiene la conciencia tranquila. Es decir... Si alguien me acusa de un delito, permitiré que la JUSTICIA lo investigue y demuestre mi inocencia. Y sólo así, dejando trabajar a la JUSTICIA, demostraré que nada tengo que ocultar y, por lo tanto, nada tengo que temer. Un principio que, en su caso, es más que cuestionable, si tenemos en cuenta su manera de actuar, de responder a esa investigación.

 

Si tan inocente es su señora esposa como usted proclama a los cuatro vientos amparándose en ese profundo amor que por ella siente, deje trabajar a la JUSTICIA. Ella demostrará o no, esa inocencia. O ella demostrará, sí o no, la culpabilidad de haberse beneficiado de ser su esposa para moverse como pez en el agua en ese contubernio de tráfico de influencias y corrupción. No olvide que la mujer del César no sólo debe aparentar ser honesta, sino que debe serlo.

 

Déjese de cartas a los ciudadanos. Dé la cara. Plántese ante los medios de comunicación, ante los diputados del Congreso, y hable claro y alto. Si su señora esposa es tan inocente como usted proclama, sea valiente y dé la cara. No se parapete tras una carta. No se oculte tras su cargo de Presidente para seguir enfrentando a la sociedad, para proseguir con esa política de confrontación ciudadana tan fangosa y que usted tanto critica. El fango es usted y los suyos señor Sánchez. Y lo son, porque actúan como una banda de facinerosos sin escrúpulos, pervirtiendo los cimientos de nuestra sociedad, nuestra democracia, nuestra Constitución y nuestro país, enfrentando a los ciudadanos, dividiendo a la sociedad, convirtiendo en buenos a los que le siguen y en malos a los que le critican.

 

Pero, lo más triste, lo realmente penoso y desesperanzador, es que, más allá de usted, el resto de fuerzas políticas de este país, por mucho que le ataquen, están en la misma línea de indecencia, decadencia y mediocridad que usted y todos sus socios de gobierno.


Lamentablemente, este país nuestro, está en las peores manos en el peor momento. Y las alternativas a su gobierno no son más halagüeñas. Quedan por delante, décadas abrumadoras, desesperantes y muy oscuras para un país tan maravilloso como el nuestro. Un país con una historia brillante, única y envidiable a pesar de esa Leyenda Negra a la que ustedes dan pábulo para desgracia nuestra. Un país, cuyos ciudadanos se merecen unos dirigentes decentes y honestos, cuyo único propósito sea hacernos más grandes, más competitivos, mejores que cualquier otro país europeo o mundial. Un país que, por desgracia, será el peor legado para las generaciones futuras. Un país abocado a convertirse en el pelele de otras potencias que sí saben dirigir sus países y los intereses de sus ciudadanos.

 

Ese será su legado señor Sánchez. Y así será como le recordará la Historia, una cuestión que tanto le preocupa: como el peor dirigente de toda la historia de España. Y, créame, que antes de usted, los han habido terriblemente nefastos. Pero, jamás creímos que nadie pudiera superarlos. Pues, usted, los ha y está superando.

 

Y en este punto final, me gustaría recordarle señor Presidente de España, Pedro Sánchez, que cuestionando muy y mucho que a lo largo de su vida más allá de su ambición por el poder haya dedicado tiempo a cultivar su inteligencia, disculpe, pero no lo veo leyendo a los grandes literatos y poetas españoles, ya que ni decir tiene a intelectuales de otros lares del mundo, unas palabras del poeta español exiliado al final de la Guerra Civil, Antonio Machado, y que, lamentablemente, será que no aprendemos, describen sintéticamente, el enfrentamiento y la polarización ideológica actual en este país, y que, usted y los suyos, con tanto placer fomentan día a día sin importarles un carajo las consecuencias.  

 

“Hay un español que quiere

vivir y vivir empieza,

entre una España que muere

y otra España que bosteza.

Españolito que vienes

al mundo te guarde Dios.

Una de las dos Españas

ha de helarte el corazón”.

 

María Barbancho. 




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