...EL RINCÓN LITERARIO
DE MARISA GARRIDO
Pálpitos
Siento
frío. Quiero abrir los ojos. Lo intento con fuerza. Y se escapa.
No
puedo mover las manos. Ensayo con las piernas. Tampoco.
Me
dejo dormir. Así, el frío desaparecerá. Mientras lo intento, no ceso de
escuchar voces. Son suaves, pero crujen en mi cabeza.
Tengo
sed, sueño…
¿Dónde
estoy?
Voy
a dormirme, seguro que es un sueño.
A
veces sucede. Los sueños permanecen en su mundo, buenos o malos. No trascienden
a la realidad. Quedan en un bonito despertar, o en una horrible pesadilla.
Sonreímos deseando que sea real, o respiramos sabiendo que es solo una pesadilla.
Oigo
risas, sonidos que chirrían y me estorban.
Esto
no es un sueño. Siento que me muevo. Me mareo. Quiero que cese el movimiento.
Voy a gritar. Lástima que no puedo. Y me esfuerzo. Tengo que despertar. Ahora
siento una luz intensa. No entiendo como traspasa mis ojos. Me molesta.
*Vanesa Ortiz |
Escucho
una voz.
Parece mi madre.
¿Sueño
o realidad?
Y
mis fuerzas me acompañan. Abro los ojos y es ella. Me sonríe y acaricia la
mano.
—Descansa,
hija —me dice.
Y,
¿de qué tengo que descansar? No entiendo por qué estoy aquí.
Duermo.
Es lo mejor. Y ahora, sueño. Pero no es un sueño de los que despiertes bonito.
No. Es una pesadilla real. Él. Sin nombre. Un parque cercano a casa. Nadie en
él. Me arrincona. Quiero gritar. No puedo. Me arranca la ropa. Me duele y sangro.
No me deja llorar. No puedo arañarle. Nadie me escucha. Nadie me ve. Se adentra
en mí. Hurga mis entrañas. Las desgarra.
Y
abro los ojos.
Veo
a mi madre, paredes blancas y frías.
—Estarás
bien, hija —repite incesante.
Agradezco
su voz. Siempre me cuidó. Me acunó. Desearía que volviese a hacerlo. Dormir en
sus brazos, dejándome caer en un sueño donde sé, despertaré feliz. Un sueño
plácido, despreocupado y tranquilo.
Y
salgo del hospital. Dicen que vuelva. No deseo hacerlo, como tampoco deseo llorar.
No puedo. Voy a avanzar. A soñar. A vivir.
Y
los días pasan. Su vida también. No necesito volver al hospital. Ya lo sé.
Oculto mi cambio. Lo intento sin conseguirlo. Me hablan, gritan, aconsejan. No.
No. No. Algunos, sí.
“Loca,
insensata”, me dicen.
“No
avanzarás. Debes terminar con esto”.
Y
lloro en las noches y siento frío. Siempre siento frío. Pero acaricio mi barriga
y el frío ya no es tanto.
Y,
los días pasan.
Su
vida también.
Locura…
Insensatez…
Vida…
Decisión…
Mi
decisión.
Vida.
*Autora: Marisa Garrido
*Ilustración: Vanesa Ortiz.
*Todos los derechos reservados.
*Queda prohibida toda copia o reproducción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario