domingo, 24 de marzo de 2013

Las Casas Baratas de Buen Pastor


LA CASA DEL ABUELO

Hoy he regresado a la casa del abuelo.

He regresado hoy como llevo haciendo todos

estos años en invierno y también en verano.

 

Hoy, otra vez he regresado.

Sólo que hoy, a diferencia de todos

estos años en invierno y en verano,

la casa del abuelo, esa casa a la que hoy

he regresado, esa casa hoy no la he encontrado.

 

El abuelo ya no está, y tampoco están su mecedora, 

ni su bastón, ni sus gafas, ni su boina.

 

Se marchó mucho antes que la casa, tal vez, presintiendo 

que también el tiempo para ella se acababa.

 

Y quiso irse antes para evitar que su corazón

por la pena se marchitara. 

 

Aquella casa era mucho más que cuatro

paredes algo desconchadas y teñidas de humedad.

Estaba impregnada de sus recuerdos y sus secretos,

empapelada de vida, de risas, de alegría…

Barnizada de momentos y de instantes que jamás olvidará.

 

Esa casa era su vida…

Esa casa era su hogar…

 

Y hoy he regresado a la casa del abuelo

como hago todos los años

en invierno y también en verano,

aun sabiendo que el abuelo ya no está.

 

Y tampoco está la casa ni la diminuta acera,

ni la estrecha y mal asfaltada carretera.

 

Han desaparecido bajo el peso de los años y

de los nuevos edificios de diseño que

se alzan imponentes sobre el asfalto.

 

Han borrado el paisaje de mi infancia,

las imágenes de esa niñez que

recuerdo con añoranza.

 

Hoy he regresado a la casa del abuelo.

Hoy he regresado a mi barriada.

Hoy he regresado, aunque ellas ya

han desaparecido, a las Casas Baratas.

 

Y seguiré regresando cada año,

en invierno y también en verano,

a la casa del abuelo, a la diminuta acera

y a la estrecha y mal asfaltada carretera.

 

Regresaré para recordar al abuelo,

su mecedora, su bastón, su boina y sus gafas.

 

Regresaré todos los años,

en invierno y también en verano,

para recordar las Casas Baratas.


Autora: María Barbancho.

Todos los derechos reservados.


Texto protegido por la Ley de Protección Intelectual. 

6 comentarios:

  1. Un paseo por la vida de la autora,vivencias infantiles q marcan y q nunca se olvidan.Muy bonito y entrañable,

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  2. Leyendo tu poesía me parece estar caminando por esas calles, de ese, tu barrio que también es el mío.

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  3. ¡Gracias, Luisa y María, por seguirme y por vuestras palabras.

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  4. Exquisito poema María! escarbas en la nostalgia de los que hemos vivido esa etapa y lugar. Nos hacemos mayores, hasta los más "chulitos" de antaño...se nos empañan los ojos al recordar!!

    Un fuerte abrazo.

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    1. Lo prometido es deuda y aquí tienes mi respuesta a tu comentario Jesús. ¡Mil gracias por tus palabras! Aunque yo no viví en las Casas Baratas como muy bien sabes, si es cierto, que de un modo u otro, una parte de mi infancia y juventud en el barrio si estuvo ligada a ellas por amigos y amigas. Bueno, todos de alguna manera hemos tenido nuestras historias con las Casas Baratas. Y aprovecho para agradecerte también que fueses el primero en hacerte seguidor del blog. Un besote enorme guapetón...

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    2. ¡Ah...! Y se me olvidaba decirte, Jesús, que valga la redundancia, no me olvido del relato sobre nuestra pandilla, nuestra calle y nuestras aventuras. Un abrazo.

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